Hay una propensión humana, muy presente todos los días. Unos científicos caseros lo llaman paranoia, otros lo llaman desconfianza.
Se llame como se llame, una persona que se siente engañada casi siempre intenta devolver el favor de una forma u otra, a menudo cometiendo una traición propia. La gracia es si no hubo traición original, pero se hizo porque se creyó que fue así. Eso en cambio inicia toda una espiral que nadie sabe donde acaba.
En las relaciones muchas veces pasa algo similar. El caso mas espectacular suele ser cuando las dos personas empiezan a engañarse mutuamente ya no por locuras o porque son infieles por naturaleza, sino por el simple deseo de hacer daño. Luego intentan hacerlo con el mayor número de personas "deseables" para demostrar a su antigua pareja que ellos pueden estar con alguien "mejor" y para conseguir que se sientan inferiores.
Igualmente siempre hay interés por con quién esta el otro actualmente, deseando que la otra parte esté peor parada.
Enfin...
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