Vuelves a tu casa, te vas a la cocina, abres una botella de vino que te han regalado. Te sientes en el sillón, das un sorbo, pones la cabeza hacia atras y cierres los ojos.
No te gustan los vinos, pero como es un regalo te sabe mucho mejor.
Suele pasar...
jueves, octubre 04, 2007
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