El gran mal no son los abogados.
Son los bancos.
No es por su colaboración para putear a la población con hipotecas sobrevaloradas o intereses elevados o que tuercen las normas según les conviene
No es por su trato amigable a toda clase de gente despreciable.
Es porque tienen la costumbre de "hacer desaparecer" las cosas que están dentro de sus cajas fuertes".
Que luego no se quejen cuando hay algo de pillaje.
miércoles, agosto 22, 2007
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