viernes, agosto 31, 2007

Madrid by Night

Las calles están vacías. De vez en cuando hay un sonido suave de un coche que pasa.

Lo único que evita un silencio total es que se escucha un viento gélido que sopla con fuerza a la cara. Se empieza a tener piel de gallina. El frío empieza a penetrar por el cuerpo y llega a ser tan intenso que los nervios de la piel empiezan a mandar señales de dolor al cerebro.

Pero es solo una sensación externa que no importa realmente. Cuanto mas invade el cuerpo se va encontrando con el frío que se lleva dentro y a este ya se esta acostumbrado desde hace mucho tiempo.

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