jueves, enero 03, 2008

Simple

En contra de la concepción que suele tener la gente, no importan las grandes muestras de algo, los momentos épicos y similares. Lo que importa son las pequeñas cosas como un abrazo espontáneo, una comida que te gusta, que pongan una canción que te gusta en la radio y cosillas así. Tienen la ventaja de poder ocurrir cada día, no solo una vez, y por ello resultan ser bastante mas capaces de dibujarnos una sonrisa en nuestra cara.

A eso se une el hecho de que la importancia real de las cosas se encuentra en los detalles.
A ti en el fondo te trae sin cuidado la situación agricultural en Proxima Centauri, pero si suele importarte si el tío que tienes enfrente por la mañana en el camino a tu sitio de trabajo es un idiota o se pone a llover justo cuando no tienes paraguas. Las pequeñas cosas son las que hacen toda la diferencia. El hecho que el universo exista ya 14 o 15 mil millones de años no te va a hacer sentir mejor, pero una cosa tan sencilla como una caricia, tu comida favorita enfrente tuya o estar sentado en el coche que te gusta si lo hace.

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