Estáis en la estación. Toda la noche habéis sabido que este momento llegara y habéis intentado no pensar en ello.
Os dais un largo y fuerte abrazo. Parece una eternidad. Os decís cosas bonitas al oído.
Tras un tiempo uno de los dos dice que la otra persona aproveche la oportunidad y por favor se vaya ahora porque si no, no será capaz de soltarla.
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