Puede haber grandes diferencias entre lo que aparentamos y lo que somos. Mostramos una cara predefinida al resto del mundo y es como una capa impenetrable de piedra.
A veces ponemos una cara neutral cuando estamos mal o lleno de odio porque no queremos que salga, porque no queremos que alguien presente se entere o porque no esta adecuado para el entorno en el que nos encontramos en este momento.
A veces hasta ponemos una sonrisa o cara alegre cuando en realidad estamos de un humor completamente distinto. Empieza esporádicamente, pero con el tiempo empieza a ser un reflejo automático que se lleva a cabo sin pensarlo siquiera.
Con tanta buena cara a mal juego, se puede llegar hasta el punto en el que una risa nuestra ya no es de fiar, pues ya sabemos simularla con facilidad. Y al final cuesta distinguir las reales de las falsas.
En el momento que nos detenemos y nos damos cuenta nos sorprendemos
sábado, julio 28, 2007
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