Hay temporadas en las que tenemos muchísimo que hacer.
Por las razones que fueran, apenas tenemos tiempo para nada, nos vamos a primera hora de la mañana de casa, aun con un sueño increíble. Volvemos por la noche en el último autobús, vamos directamente a la cama, solo para hacer mañana lo siguiente.
Estas temporadas a veces tardan menos, otras veces más.
Menos mal que hay un momento en el que tenemos diez minutos en los que nos podemos sentar en nuestro sofá y por fin tomar un profundo respiro.
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