Quizás os resulta un poco muy absurda la idea, pero noto cada vez mas que podemos ser gente que actúa muy lógicamente y hasta calculado.Resulta que un día de esos a un chaval cualquiera le empezó a gustar bastante una cosa. Como siempre, al niño se le había metido en la cabeza que quería tener esa cosa, vaya, los niños pueden dar un coñazo...
Volviendo al tema, el chaval empezó su campaña súbitamente orquestada de intentar conseguirlo. Pero claro, al chaval aun no le habían podido enseñar que en esa vida no puedes tener todo.
Así cuando la cosa llego a su punto decisivo, el chaval noto que ni de coña se iba a llevar esa cosa.
Por una vez en su vida se iba dando cuenta a tiempo antes de intentar emprender una campaña destinada al fracaso. En esos momentos la gente como mínimo suele quedarse un momento quieto y quejarse de lo mal que lo están pasando.
Pero el chaval ni se inmutó, tacho de su lista esa cosa y se fue al siguiente escaparate. Sin esperar un segundo ya había encontrado varias cosas que quería tener y de nuevo empezó la campaña.
Ahora la gran revelación que se propone es que en el fondo podemos ser criaturas de la lógica. La prueba que es así es que aplicamos la estadística tan naturalmente que ya ni nos damos cuenta. Si nos falla una cosa, inmediatamente pasamos a la siguiente, porque en el fondo sabemos que por puro cálculo matemático, por muy improbable que sea una cosa, a la larga la vamos a conseguir así. O eso parece.
1 comentario:
La vida se abre camino...
Hasta el siguiente escaparate.
El Manco.
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