A veces estamos allí pensando sobre ciertas cosas y nos quedamos pensando el típico “y porque esa persona sigue tratando con ese/a que claramente no es buena compañía ?” Siempre se nos queda esa sensación, aun mas si hemos escuchado de los defectos de la otra persona y claramente nos disgusta. Es mas, no se nos ocurre ninguna razón lógica para que haya tal asociación. Pero la hay y sigue allí, por muy estupefactos que nos quedamos al no verle sentido.
Pero entonces tienes otra de esas grandes revelaciones que te hacen pensar que estas por lo menos un paso mas cerca de comprender al universo.
Para comprender algunas cosas hay que empezar desde muy al principio. Lo haces y te das cuenta que en realidad tu también lo haces. Efectivamente, tu mismo lo estas haciendo casi cada día y no te estas dando cuenta. Una vez que te has dado cuenta, te pones a pensar y resulta que no le ves gran salida.
Si, todos tenemos esqueletos en nuestros armarios, unos son mas obvios, otros son tan simpáticos que pueden pasar por persona normal, otros te lo ponen difícil odiarles, otros demasiado fácil.
Lo que todos tienen en común es que son una cosa no realmente buena que de un modo extraño persigue a la persona en cuestión. Parece que es completamente inevitable, pero todos lo tenemos. Lo que te das cuenta al final es que es un asunto de cada persona cuidar de los esqueletos que tiene acumulados, aunque tenga que comprarse un almacén porque se le acabe el espacio.
Eso significa que podemos sentirnos bien tratando con ciertos angeles, siempre que tengamos una batería de antiaéreos por si se ponen punkis.
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